Azulejos competirá contra los grandes
Armados con una visión poco común y habilidad para tomar decisiones a largo plazo, los Rays de Tampa Bay han superado obstáculos financieros enormes para darles la pelea a los titanes del Este de la Liga Americana.
Eso debe ser alentador para los Azulejos de Toronto, quienes parecen estar siguiendo el ejemplo de los Rays para convertirse en una amenaza real para los Yankees y los Medias Rojas.
Una contratación de lujo como Yu Darvish o Prince Fielder hubiese sido fantástico, pero los Azulejos tienen motivos para sentirse optimistas ya que los Rays tampoco han acaparado titulares con adquisiciones de peso durante la temporada baja.
Silenciosamente, Toronto ha terminado con un récord ganador en cinco de las últimas seis temporadas. En el 2011, bajo el mando del nuevo manager, John Farrell, los Azulejos tuvieron marca de 81-81, lo cual no es un logro cualquiera ya que los tres clubes del Este de la L.A. que los aventajaron colectivamente terminaron con 70 juegos por encima de .500.
El gerente general de Toronto, Alex Anthopoulos, se está hacienda un nombre dentro de la industria. Sus homólogos lo consideran progresista, razonable y con una sabiduría más allá de sus años.
Anthopoulos ha ingeniado varios canjes impresionantes y a la vez ha construido un sistema de liga menor profunda y balanceada que rebosa de prospectos que están a punto a tener un impacto en Toronto.
De lo que no hay duda es que nada excepto una lucha legítima por un campeonato será suficiente en Toronto, aun con una superestrella como el dominicano José Bautista en sus filas.
Un edificio que se estremecía en sus días de gloria cuando se conocía como el SkyDome, en las últimas temporadas el Rogers Centre de Toronto ha en ocasiones estado tan callado que desde el palco de prensa era posible escuchar las conversaciones en las gradas a debajo.
Si ha de cambiar, el pitcheo tiene que estar al frente del renacimiento.
Roy Halladay partió hace mucho, pero Ricky Romero tiene el material y la actitud necesaria para hacer un as y el segundo abridor, Brandon Morrow, también es digno del Juego de Estrellas.
Farrell sabe que la rotación es la base de todos los equipos. Después de Romero y Morrow van el zurdo Brett Cecil y el derecho Henderson Álvarez. Kyle Drabek - pieza clave en el canje que envió a Halladay a los Filis - tendrá todas las oportunidades posibles para quedarse con el quinto puesto tras tener dificultades (4-5, efectividad de 6.06) en el 2011.
"Es una liga difícil para la transición de lanzadores jóvenes", dijo Farrell. "Pero tenemos que seguir siendo pacientes, mantener nuestra objetividad y darle la oportunidad, porque todos los muchachitos van a avanzar al mismo paso".
El agente libre dominicano Francisco Cordero, un cerrador establecido, hace más profundo un bullpen que develará un taponero dominicano en Sergio Santos, quien fue adquirido de los Medias Rojas. La calidad y la profundidad del pitcheo en su sistema le permitió a los Azulejos a incluir al venezolano Néstor Molina en la transacción.
Bautista encabeza el roster con un su poderoso bate, con otra estrella en asenso.
Brett Lawrie, adquirido de Milwaukee después de la temporada del 2010 a cambio del serpentinero Shaun Marcum, parece estar listo para formar un tándem de cañoneros. Adam Lind, J.P. Arencibia y el dominicano Edwin Encarnación también puede aportar poder.
Lawrie sólo ha tenido 171 turnos al bate en Grandes Ligas, pero tiene promedio de .293 con porcentaje de embasarse de .373 y .580 de slugging, lo cual indica que es el paquete completo. De hecho, también es veloz, ya que se robó siete bases en ocho intentos.
Lawrie tiene las habilidades deportivas para ganar varios Guantes de Oro. A sus 22 años, parece estar listo para convertirse en un antesalista de la índole de Evan Longoria y Ryan Zimmerman.
Con el desarrollo desapercibido del cubano Yunel Escobar como campocorto, el lado izquierdo del cuadro interior de Toronto no tiene nada que envidarle a ninguno de los demás equipos.
Lawrie es el nombre más sonoro, pero a los Azulejos les sobra talento joven.
El receptor Travis d'Arnaud, otra pieza en el canje de Halladay, terminó en el 25to lugar en los rankings de prospectos de MLB.com y en tercer lugar en su posición.
Eventualmente, d'Arnaud podría obligar a Arencibia a convertirse en primera base o bateador designado, pero éste último está en pleno desarrollo y se está convirtiendo en un receptor de producción poco común - 23 jonrones y 78 remolcadas - en esa posición. Y un cátcher de primera categoría ha llegado para ayudar a instruir a los jovencitos.
En su esfuerzo por construir una rotación joven y confiada, Farrell le da la bienvenida a Jeff Mathis, uno de los receptores más respetados en el béisbol por su defensa.
Nunca produjo lo suficiente al bate como para satisfacer a los aficionados de los Angelinos, pero Mathis - adquirido a cambio de pitcher Brad Mills - tiene un historial de mejor el desempeño de los lanzadores con los cuales colabora. Jered Weaver, Dan Haren y John Lackey, entre otros, podría declarar al respecto.
Si el cambio de ambiente beneficia a Mathis como benefició a su amigo, Mike Napoli, la adquisición resultará ser tremenda ganga.
Si Anthopoulos pudiera echar atrás el tiempo, no cambiaría Napoli. Aceptado de los Angelinos a cambio de Vernon Wells, Napoli terminó en Texas en el canje que envió al relevista dominicano Frank Francisco a Toronto y se ha convertido una fuerza letal en los Rangers.
Con un sólo out más que los Cardenales se negaron a entregar, es probable que Napoli hubiese sido el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial.
A los Azulejos les gustaría que el enigmático Colby Rasmus, anteriormente de los Cardenales, aplique sus talentos en el jardín central. A punto de llegar para darle impulso a Rasmus están Anthony Gose y Jake Marisnick, dos guardabosques jóvenes.
Aun con todo el talento que tienen en el terreno, en el montículo es que más brilla el futuro de Toronto.
Los zurdos Daniel Norris y Justin Nicolino y los derechos Deck McGuire y Noah Syndergaard encabezan un ensamblaje de brazos profundo y dotado. Nunca se sabe cuando se trata de talento joven, pero Toronto luce bien armado.
Está claro que los Azulejos están hacienda lo correcto al seguir el modelo de los Rays. Su asenso quizás no suceda en el 2012, pero no es demasiado optimista cree en la posibilidad de que los días de gloria podrían regresar pronto al Canadá.